BISHOPS

A lo largo de los años 80 y 90, cuando la cultura del manga, anime y videojuegos estaba en su fase de maduración como arte masivo, los autores de estas obras pioneras veían que la mejor forma de darse a conocer es que sus diseños fuesen prácticamente reconocibles a primera vista. Que, automáticamente, asociaran obra, autor y diseño con un solo vistazo. Uno de los autores cuyos diseños son mas reconocibles por el gran publico es Akira Toriyama , el creador de Dragon Ball consiguió con su estilo de dibujo, quedarse en el subconsciente colectivo de toda una generación. Siempre que vemos sus diseños ya se han de sus nuevas obras o de encargo para videojuegos, como Dragon Quest , sabemos que automáticamente pertenecen al creador de Dragon Ball , aunque no sepas realmente como se llama. Por poner un caso de videojuegos, algo similar ocurriría con Yoshitaka Amano , el ilustrador y diseñador de personajes principal de la saga Final Fantasy (por lo menos hasta la entrada de Nomura )...

Muy a menudo nos encontramos expuestos al comentario de las emociones como lacra y al argumento de que tienen la culpa de que los seres humanos cometamos gilipolleces como asegurar el shippeo Harry-Draco porque el niño que sobrevivió se tiró toda una sexta parte obsesionado con él. Sin embargo, no es muy complicado desmontar esta parida, solo hace falta preguntarse cómo una marabunta de semimonos con el ego un poco crecido han podido sobrevivir tanto tiempo con “fallos de diseño” tan graves sin que la selección natural nos pegue un capón. De hecho, esta misma cuestión es uno de los tres pilares temáticos de la serie de la que vengo a hablar. Sentiros todos bienvenidos a Death Parade, una serie donde se toma a la muerte como un trámite y donde lo mejor que te puede pasar es mantenerte mentalmente fresco cuando el tiempo no parece pasar para ti. La trama sigue la historia de nuestros dos protagonistas, siendo el primero un árbitro llamado Decim (referencia a Décima, una de las tr...